
El duelo sin cuartel que enfrenta en esta edición a «Maixabel» y «El buen patrón» tiene uno de sus principales puntos de interés en la categoría de Mejor Dirección. León de Aranoa y Bollaín pugnan por un Goya clave de la noche que muy posiblemente anticipará el premio a la mejor película. Completan el cuarteto dos grandes cineastas con trayectorias opuestas en los premios de la Academia: por un lado, el director más nominado de la historia de estos premios, y por otro, un reivindicable autor aún sin ningún Goya en su palmarés.
PEDRO ALMODÓVAR, por Madres paralelas
11ª nominación / 3 Goyas

A favor: Continúa la evolución que ha seguido su cine durante este último lustro: más maduro, más depurado y más trascendente. Su apuesta por un enfoque racional y más serio, que viene desarrollando desde “Julieta”, da como resultado una película reflexiva y muy teatral, incluso con representación de Lorca incluida. Los destellos de genio reaparecen en detalles como la espléndida elipsis que nos lleva del hotel al hospital, o la magistral inserción del flashback cuando Cruz abre la puerta de su casa a Elejalde. La vuelta a sus orígenes siempre ha funcionado en el cine de Almodóvar. Tanto es así que un minuto de Julieta Serrano, maravillosa en su relato, emociona más que toda la parte previa. A través de los ojos de Julieta y su dicción pausada y tierna, Almodóvar transmite de una manera sutil y cercana la esencia de “Madres paralelas”.
En contra: Vuelve a coincidir en el cuarteto nominado con su bestia negra, 19 años después de aquella fatídica omisión de “Hable con ella” en la elección de la candidata española a los Oscar. Desde que en el mes de septiembre los académicos escogieran “El buen patrón” para representarnos por encima de su película, para desesperación de su hermano Agustín, Almodóvar ha vuelto a rememorar los fantasmas de 2002 que culminaron con su derrota en los Goya frente a León de Aranoa. Además, a diferencia de en aquella ocasión, la crítica no parece estar de su parte. Su trabajo como guionista ha sido muy cuestionado, hasta el punto de quedarse fuera en esa categoría en todos los premios posibles: Feroz, CEC y los propios Goya. En ello ha influido el tratamiento de la memoria histórica, metida con calzador dentro de la película, y que parece incluida como relleno de una historia principal que le hubiera quedado corta. Da la impresión de que Almodóvar ha perdido un poco el contacto con la realidad, habiendo dejado atrás el desparpajo de sus inicios e incluyendo unos antinaturales diálogos que impiden que sintamos a sus personajes como personas reales.
ICÍAR BOLLAÍN, por Maixabel
6ª nominación / 1 Goya

A favor: Ante una historia que fácilmente podía caer en el sentimentalismo, Bollaín alcanza el complicado equilibrio con un tono sobrio que no busca recrearse en el dolor ni pretender la lágrima fácil. La intensidad que consigue en los encuentros entre terroristas y víctima es obra de una narradora experimentada, que opta por centrar la atención en numerosos primeros planos de sus magníficos actores y hacer que la emoción fluya. Su prodigioso trabajo de dirección de actores, logrando sacar lo mejor de intérpretes desconocidos y sabiendo orientar a Portillo hacia un trabajo más natural y contenido que de costumbre, contribuye a forjar la autenticidad que desprende la película. Bollaín ha demostrado a lo largo de toda su carrera su compromiso al abordar temas que azoten la conciencia del espectador, como los malos tratos, la inmigración o el imperialismo, y en “Maixabel” da un paso más al atreverse a explorar las motivaciones de los etarras y mostrarlos como personas capaces de arrepentirse y enfrentarse a sus fantasmas. Algunos detalles como el de Luis Tosar recorriendo con su coche lugares en los que acontecieron atentados mientras el estallido de las bombas suena en su cabeza, funciona tanto para mostrar el conflicto interior de su personaje como para exponer con crudeza la gravedad de sus actos.
En contra: Un trabajo algo perezoso en lo visual, con menos ideas de dirección que sus compañeros de nominación. Su labor parece en exceso didáctica y con una clara prioridad por el mensaje, en perjuicio de dotar a la cinta de un aspecto formal más personal. Es la segunda cineasta de la historia que consigue ser nominada en esta categoría en dos años consecutivos, un hito que hasta ahora sólo había logrado Vicente Aranda en los 90, con “Intruso” y “La pasión turca”. La acumulación de nominaciones no bastó a Aranda para hacerse con el Goya y encadenó dos derrotas seguidas. Icíar lleva una…
FERNANDO LEÓN DE ARANOA
5ª nominación / 3 Goyas

A favor: Después de una época algo perdido, llegando a perpetrar catástrofes como la de “Loving Pablo”, vuelve a ofrecer un trabajo al máximo nivel abrazando la comedia de enredo sin olvidar su característico trasfondo social. Su mayor mérito es el de lograr una película que funciona como un reloj suizo, plagada de diálogos certeros y con un plantel de actores perfectos en sus réplicas y acompañamiento al monstruo Bardem. Su buen hacer tras la cámara se demuestra en la secuencia en la que explotan los acontecimientos, en los que la ópera de Romeo y Julieta sirve como telón de fondo a varias escenas paralelas que respiran tensión y suponen una sucesión de acontecimientos que revolucionan la historia. Además, nunca es fácil enfrentarse a la comedia, y en situaciones como la cena entre las dos familias, alcanza algunos momentos desternillantes. Aranoa sabe hasta reírse de sí mismo, como muestra ese chiste cómplice cuando Bardem explica que las subvenciones “son todas para los del cine”.
En contra: Siendo el máximo favorito para lograr el Goya a mejor película, cabría esperar que esto fuera acompañado del premio a mejor dirección, al ser dos categorías que como regla general suelen coincidir. Si analizamos las escasas divergencias entre ambas que ha habido en la historia de los Goya, observamos que entre ellas están “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, “El bosque animado” o “Campeones”. El nexo común está claro: todas son comedias. Aranoa tendrá que vencer el prejuicio histórico que existe hacia los directores que ruedan este género para no sumarse a la lista de cineastas para los que filmar la mejor película del año no fue suficiente para ser reconocidos. Tampoco hay que olvidar que su tratamiento del género femenino ha sido muy criticado, ya que las mujeres de la película son presentadas como personajes escasos de profundidad, que actúan únicamente como intereses amorosos del protagonista.
MANUEL MARTÍN CUENCA, por La hija
3ª nominación / 0 Goyas

A favor: El suyo es uno de los trabajos de dirección más impresionantes del año. Con su ya conocida maestría manejando el fuera de campo y utilizando las elipsis de forma tan elegante como la que pasa de mostrar los árboles verdes a amarillos, Martín Cuenca construye un ambiente que según avanza la película se va volviendo cada vez más irrespirable. Hace varios años que sentimos que al director almeriense se le debe un Goya, tras habernos regalado peliculones como “El autor”, “Caníbal” o “La flaqueza del bolchevique”, y ésta es una magnífica oportunidad de reconocer al que posiblemente sea el mejor director español vivo sin Goya. En línea con aquella “Caníbal”, Martín Cuenca escatima los diálogos y potencia el uso del sonido para crear una atmósfera inquietante y malsana que causa al espectador una sensación permanente de que en cualquier momento todo va a explotar. En este thriller dramático con aires de western, el cineasta bebe de alguno de los mejores ejemplos de cine rural español (inevitable pensar en “Furtivos”) y retrata con precisión el lado más miserable de la condición humana. Su trabajo culmina en un tramo final de escándalo, en el que logra generar una tensión insoportable. Desde el inolvidable final de “Amantes” no habíamos vuelto a ver en nuestro cine un uso tan perfecto de un paisaje nevado.
En contra: Su trabajo de realización es tan potente que puede eclipsar algunos de los defectos de la película, que también los hay. La floja interpretación de Irene Virgüez es uno de los puntos débiles en su tarea de dirección de actores y el uso del dron para mostrar la belleza de la sierra jienense resulta abusivo. El ritmo lento y pausado de la película puede sacar de quicio a los académicos más impacientes. Además, inevitablemente el hecho de no competir por el Goya a mejor película reduce sensiblemente sus opciones de salir de la gala como vencedor. Martín Cuenca siempre ha demostrado ser un director que arriesga, y el hecho de trasladar un dilema moral que conecta directamente con un tema tan espinoso como la gestación subrogada no le ayudará a lograr consenso entre los votantes.
JAVIER CASTAÑEDA
Qué bonita reivindicación de Cuenca. Está conformando una filmografía apasionante
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Me da a mí que este año no coincidirán película y dirección. Y, efectivamente, veo al patrón ganando película y Bollain dirección (aunque no lo merezca). Lástima que los dos mejores trabajos (Almodóvar y, sobre todo, Martín Cuenca) no tengan ninguna opción de ganar.
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