
Llega el turno de repasar la categoría de Mejor Actor Protagonista, uno de los momentos fuertes de la noche, donde la gran incógnita reside en comprobar si la Academia vencerá sus prejuicios respecto a Mario Casas y el actor consigue la estatuilla en su primera nominación. Los precursores entregados hasta la fecha dibujan sin embargo una carrera de lo más abierta, en la que el Forqué ha ido a parar a Javier Cámara, el CEC a David Verdaguer y el reciente Feroz al mayor de los Casas. Analizamos los pros y los contras de los cuatro candidatos.
ERNESTO ALTERIO, por Un mundo normal
3ª nominación / 0 Goyas

A favor: Por fin deja de lado ese estilo de personaje estrafalario y pasado de vueltas que tanto ha frecuentado en los últimos tiempos (“Orígenes secretos”, “Lo dejo cuando quiera”, “Te quiero, imbécil”) para afrontar con éxito un registro dramático más exigente. En “Un mundo normal” está estupendo con esa humanidad desbordante y esa habilidad para introducir un punto de comicidad en el momento más dramático. Su clásico rol de padre y hermano desastroso le otorga una fragilidad que emplea para lograr los momentos más emocionantes de la cinta en ese viaje de conocimiento mutuo que emprende con su hija en dirección a Altea. La determinación con la que su personaje afronta su objetivo de cumplir la última voluntad de su madre es contagiosa y actúa como motivación para vivir con intensidad y aprovechar el presente. Es además el único de los papeles nominados que se dedica al mundo del arte, lo que a priori facilitará la identificación de los académicos con este director teatral enfrentado a una crisis creativa pero empeñado en mantener su integridad.
En contra: Este alter ego del director está perfilado de una manera algo complaciente y el planteamiento por el cual la historia pretende dar una lección vital, obliga al actor a pronunciar algunos diálogos que suenan demasiado forzados. La película por la que compite ha pasado sin pena ni gloria, tanto en la cartelera como en los precursores previos. En los últimos 15 años sólo cinco actores lograron la candidatura como actor protagonista siendo la única nominación de sus películas (Coronado, Gertrudix, Sacristán, Tosar, Alexandre). De ellos, únicamente José Sacristán, una leyenda de nuestro cine, logró hacerse con el Goya pese a la irrelevancia de la película. No parece que las deudas de la Academia con Alterio tengan el mismo peso que las que mantenían con el actor de Chinchón.
JAVIER CÁMARA, por Sentimental
8ª nominación / 2 Goyas

A favor: Trabajar con Cesc Gay le sienta de maravilla, como ya habíamos comprobado en sus tres colaboraciones previas. En “Sentimental” Gay le ofrece un personaje que le va como anillo al dedo y que parece hecho a su medida. Cámara está perfecto en la interpretación de ese gruñón antisocial y amargado, en el que destaca ese toque ácido de ironía que tanto domina y que le permite dar las réplicas más afiladas. Su facilidad para introducir el humor en la película a base de sarcasmo le hace ganar la complicidad del público y su dominio interpretativo de las diferentes emociones que va experimentando con la visita de sus vecinos le convierte en el rey de la función. Cámara es el único actor en toda la Historia que ha logrado el Goya protagonista pese a haber perdido el Forqué, por lo que este año, en el que hasta los productores cinematográficos se han rendido ante su interpretación y le han otorgado su galardón, ¿qué puede separarle del Goya?
En contra: Su personaje es lo contrario a un héroe de cine: un hombre lánguido y rutinario, con un estilo de vida aburrido y del que además hace alarde. Aquellos académicos que vieron la versión original de la obra de teatro inevitablemente realizarán comparaciones con el soberbio Pere Arquillué, que interpretó al mismo personaje en la escena barcelonesa.
MARIO CASAS, por No matarás
1ª nominación

A favor: Pocos intérpretes en nuestra cinematografía se han esforzado tanto como él por borrar la imagen que teníamos preconcebida y escoger sus proyectos con tanto esmero para construir una sólida carrera en la que no falten retos interpretativos de altura. Por fin, mucho tiempo después de que trabajos como “La mula”, “Las brujas de Zugarramurdi” o “El fotógrafo de Mauthausen” ya avisaran que Casas podía ser un actor muy solvente, le llega su ansiada nominación y, afortunadamente para él, en un año con menos competencia de lo habitual. Para seguir destruyendo estereotipos, Mario interpreta con convicción a un hombre apocado, atado en vida a una existencia anodina. La timidez y vulnerabilidad que desprende Mario resulta entrañable y destaca más incluso por estar acostumbrados a la seguridad que demuestra el actor en sus apariciones públicas. El fatídico encuentro con una joven que es su contrapunto arrastra a su personaje a los infiernos y su interpretación se transforma para pasar a reflejar la tensión extrema a la que se ve sometido. Casas sabe mostrar el lado oscuro que escondía su personaje a través de momentos como la escena de sexo o las peleas. La desesperación que transmite su rostro desencajado resulta angustiosa, y nosotros sufrimos junto a él en secuencias como la de la escapada de la tienda de tatuajes. Los académicos tienen una inmejorable ocasión para agradecer a Casas por todo el público al que ha atraído a las salas a lo largo de su trayectoria, plagada de éxitos comerciales. Para convencer a aquéllos que aún estén indecisos, qué mejor que ese largo plano final, perfecto exponente de la madurez alcanzada como actor.
En contra: Sería insensato negar que los prejuicios respecto a Casas existen, y que aún hay un importante sector de la industria para el que continúa siendo aquel ídolo de adolescentes que a la mínima ocasión se quitaba la camiseta. Su película puede caer antipática entre los votantes: una cinta excesiva en la que abundan los gritos y la violencia, dominada por una música machacona y agujeros de guion. Ni siquiera es la mejor interpretación de Casas este año; en “El practicante” construía la psicología de su personaje a base de miradas y gestos de una forma más satisfactoria. Los papeles tan físicos como éste, salvo excepciones como el Goya de Roberto Álamo, no suelen ser los más apreciados en esta categoría.
DAVID VERDAGUER, por Uno para todos
3ª nominación / 1 Goya

A favor: Una interpretación cargada de naturalidad y mesura con la que humaniza a este profesor interino que hace frente a un difícil conflicto enquistado en su grupo de sexto. Verdaguer hace un trabajo excepcional dejando relucir los inevitables miedos que surgen al descubrir el verdadero problema, así como sabiendo reflejar las inseguridades propias de un recién llegado al centro y sin plaza fija. El idealismo y templanza de su modélico profesor tienen su contraste en su caos interior provocado por los demonios del pasado. La vulnerabilidad que transmite cada vez que una llamada telefónica de su madre comienza a sonar deja claro que la aparente sencillez de su trabajo esconde más capas de lo que podría parecer a simple vista. Con una película que parece diseñada para proyectar en los centros escolares, el premio a un rol tan inspirador como el de Verdaguer supondría lanzar todo un mensaje a la sociedad de los valores que la película transmite: un homenaje a la labor de esos docentes fundamentales en nuestro desarrollo y un alegato en favor de la educación pública.
En contra: No hay muchos precedentes de películas centradas en la labor de la enseñanza, y apenas un nominado anterior: el Fernando Fernán Gómez, de “La lengua de las mariposas”, que no logró el Goya pese a suponer una de las mejores interpretaciones de toda la carrera del añorado maestro. Todo lo bien que funciona la relación de su Aleix con los chavales falla en la trama seudorromántica con Patricia López Arnaiz, que queda sin desarrollar y que habría permitido al actor catalán profundizar en los registros dramáticos de su papel.
JAVIER CASTAÑEDA
Estupendo analisis como nos tiene acostumbrados Javi!!.
Ciertamente es la categoria mas abierta de la noche y llega sin un claro favorito.
Todo apunta a que Mario pueda llevar cierta ventaja en las apuestas y consagrarse como.actor respetado con su cabezon, pero Camara y Verdaguer han tenido sus premios previos y quien sabe si Alterio acaba dando un golpe en la mesa y rompiendo las quinielas.
Todo puede pasar!
Me gustaMe gusta
Un estupendo análisis, como siempre, Javi.
Ernesto Alterio es un actor que merece un cabezón de una vez, eso está claro. Javier Cámara ya tiene 2, y su personaje en ‘Sentimental’ no es la mejor interpretación del año ni de su carrera. Yo creo que es posible que premien en esta ocasión a David Verdaguer por ‘Uno para todos’, a menos que finalmente se lo lleve Mario Casas, tras conseguir el Feroz. Seguramente la academia de cine se lo dé a él. Pronto saldremos de dudas.
Me gustaMe gusta
Estos análisis preGoya de Javi siempre me han parecido brillantes y cargados de detalles y así sigue siendo en cada categoría en que profundiza este año. Mejor actor me produce mucha intriga porque es verdad que está muy abierta, con tres intérpretes distintos premiados en los precursores y Alterio acumulando su tercera nominación sin premio (creo que esta vez es quien más tiene las de perder). Pienso que al final será un duelo Casas/Verdaguer pero no sería nada raro que se lo llevase Cámara.
Me gustaMe gusta
De nuevo, una floja cosecha. Me apetece reivindicar a Casas, cuyo trabajo es el más exigente y memorable ante tres adversarios que, como siempre, están bien, pero algo limitados en cuanto a las posibilidades que ofrecen sus personajes.
Me ha dejado absolutamente helado tu estadística sobre los premiados en los Forqué, un dato que me atrevo a afirmar que nadie más en este mundo conocía.
Me gustaMe gusta