La irrupción en 2007 de un joven Félix Viscarret con la película Bajo las estrellas fue todo un éxito, alzándose con cuatro premios (incluyendo mejor película y director) en Málaga y dos premios Goya.
Por ello, sorprende que en los 15 años posteriores el director pamplonés solo haya cuajado una película -la solvente Vientos de la Habana (2016)-, centrando su trabajo en la ficción televisiva y alcanzando su mayor éxito en 2020 con la serie Patria.
Sin embargo, en 2022 estrenará en cines dos películas, algo inusual para cualquiera de nuestros realizadores.
La primera en llegar a carteleras será No mires a los ojos, programada para el próximo 4 de marzo con lanzamiento de Universal. Se trata de la adaptación de la novela de Juan José Millás y cuenta con un reparto estelar compuesto por Paco León, Leonor Watling, Àlex Brendemühl, Juan Diego Botto, Susana Abaitua, Marcos Ruiz y María Romanillos.
Nos cuenta la historia de Damián, quien acaba de ser despedido tras 20 años trabajando en la misma empresa. Su reacción, furiosa y un tanto violenta, le lleva a salir corriendo para escapar de su jefe y a esconderse de él en el primer sitio que encuentra al salir de la oficina: un armario cargado en una furgoneta. El armario con Damián dentro es entregado en casa de Lucía y Fede, una pareja que vive con su hija, María. Esa misma noche, un impulso inesperado lleva a Damián a quedarse con la familia para convertirse en una misteriosa presencia que observará y se moverá desde la sombra.
La segunda película de Viscarret para este año será Una vida no tan simple, esta vez con guion propio y cuyo reparto está encabezado por Miki Esparbé, Álex García y Ana Polvorosa.
¿De qué va?
Isaías Idoate nunca se imaginó que su vida iba a ser así una vez cumplidos los cuarenta. Atrás quedan los premios que obtuvo como uno de los jóvenes arquitectos más prometedores. Ahora los días van pasando entre su modesto estudio de arquitectura, donde se lamenta ante su socio Mikel, y el parque infantil a la salida del colegio de sus hijos. Y es que cuando está con sus hijos, Isaías se angustia porque debería estar trabajando para que alguno de sus proyectos salga adelante, y cuando está trabajando, se tortura porque se está perdiendo la infancia de sus hijos. Esté donde esté, Isaías vive agobiado.
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