
Es época de frío y también de tops cinematográficos, así que vamos con el más caliente -y esperado- de todos ellos: el ranking de las 10 películas españolas más eróticas del 2022 *CONTIENE SPOILERS*
10. 42 segundos (Àlex Murrull, Dani de la Orden) y Modelo 77 (Alberto Rodríguez) EX AEQUO

En última posición del top aunamos dos títulos que pedían a gritos homoerotismo y cuyas pinceladas nos saben a muy poco. Las escenas de ducha de 42 segundos dejan algún despelote de los musculosos waterpolistas ante la racanería de su pareja protagonista, con un casi imperceptible conato de polla de Lorente y un Cervantes mucho menos generoso que en El árbol de la sangre.

Pero aún más pacato se muestra Rodríguez en su drama carcelario, que no va mucho más allá del manido reconocimiento físico con desnudo de Herrán en el que asoman tímidamente sus pelotas. Bah. Para desquitarse de tal decepción carcelaria, recomiendo la reciente e impresionante Great Freedom.
9. Juana la Lorca (Valeriano López Domínguez)

Esta rara avis de nuestro cine no es que tenga gran cosa en lo sexual, pero como cuesta horrores completar un top 10, pues al menos lo hacemos con una bizarrada reivindicable. Además, nos regala una escena de performance artística que incluye una cadena de hombres comiéndose el culo. A destacar también el bautismo con integral de sus protagonistas bañándose en un arroyo.
8. Código emperador (Jorge Coira)

Sexo artificial y plastificado para este thriller en el que son ellas las que enseñan cacho mientras que Tosar, al más puro estilo estrella de Hollywood, sale bien tapadito en sus revolcones con el personaje de una sensual Alexandra Masangkay. También explota sex-appeal la «netflixiana» Georgina Amorós. Pero muy soso todo.
7. El juego de las llaves (Vicente Villanueva)

Recuerda amargamente a Donde caben dos hace un año, donde también el sexo era el eje argumental pero sus escenas no escandalizarían ni a nuestras abuelas. Aquí, su cuestionamiento de la monogamia desemboca en un jueguecito con varios revolcones, algún desnudo como el de Dani Tatay y una orgía final cero memorable. Méh.
6. Nosotros no nos mataremos con pistolas (María Ripoll)

En esta historia coral son los hombres los que dan la talla (nunca mejor dicho) ante la pacatería de sus actrices: ni rastro de la carnalidad de la Ingrid García Jonsson de Hermosa juventud o de la Elena Martín de Julia ist. El frontal duchándose de Carlos Troya (mostrando toda su p…) hará estremecer al público tanto como al personaje de Joe Manjón, con el que después vivirá una escena-empotramiento nada desdeñable. ¡Ay, esos reencuentros con romances de juventud!
5. La piel en llamas (David Martín Porras)

Un desnudo integral de una mujer suicida es solo el comienzo de todo un retrato del sexo como horror, con escenas de gran crudeza protagonizadas por Fernando Tejero en su personaje más abyecto, cuyo grado de perversión removerá el estómago y las conciencias del espectador. El actor cordobés protagoniza el primer plano de rabo más cercano del año.
4. La Piedad (Eduardo Casanova)

Casanova habló durante el rodaje de la escena más fuerte que había rodado en su carrera. Y no se exageraba. Jamás el cine español nos había dejado una lluvia dorada tan explícita, protagonizada por una Ana Polvorosa insuficientemente aplaudida este año por su perturbador papel, uno de los mejores secundarios de la temporada. Solo esa secuencia merece puesto de honor en nuestro ranking. A destacar también el desnudo de Manel Llunell.
3. La consagración de la primavera (Fernando Franco)

Nos adentramos en uno de los top 3 más potentes de nuestro histórico. Con una valentía, naturalidad e inteligencia fuera de lo común, Franco nos descubre una realidad desconocida por muchos: la sexualidad de discapacitados físicos. Lo hace a través del personaje de una joven en conflicto con su descubrir sexual y que entablará una amistad con un chico con parálisis cerebral. Ella le ayuda a él, pero es recíproco ya que con él parece al fin poder superar sus inseguridades respecto a su cuerpo. Telmo Irueta deja el mejor integral del año con una erección necesaria y hasta didáctica para el espectador.
2. Ámame (Leonardo Brzezicki)

Este año nos ha quedado uno de los tops eróticos más queers. En esta coproducción hispanoargentina, Leonardo Sbaralia cuaja una de las mejores interpretaciones -premio en Málaga- de su carrera, que incluyen múltiples desnudos, entre los que destaca un atrevido integral bailando. La cinta, desde su arranque en un chill con un montón de tíos follando, no escatima en sexo.
1. Mi vacío y yo (Adrián Silvestre)

Que Raphaëlle Pérez no sea el nombre recurrente en todas las nominaciones interpretativas de los premios de la temporada es un insulto hacia la profesión de actor y el cine en general. Su entrega es absoluta. En alma y en cuerpo, ése con el que parece vivir en continua confrontación. Con absoluta frescura y sin caer jamás en el morbo, lo sexual está presente durante todo el relato abarcando las diferentes etapas de la protagonista, que van desde el dolor, el rechazo y, finalmente, el descubrimiento del placer, la aceptación e incluso felicidad.